Carta a una hija valiente en tiempos de crisis
"...mientras tengas vida, las posibilidades son infinitas"
Aunque no eres ya una niña, para mi aun eres mi pequeña, cada vez que te veo sufrir es como si volvieras a tener 5 años, como revivir tus pequeños fracasos de la infancia que te hacían soltar lágrimas, a veces, también pataleos, aunque ya no cabes entre mis brazos mi instinto de protegerte no cesa, no creo que algún día pueda controlarlo, por muy fuerte que yo te considere, a veces tus momentos de debilidad me hacen regresar el tiempo a cuando fui una madre primeriza, sin saber qué hacer para que te sientas mejor, me temo que mi mejor consejo quizá no sea suficiente.
Aunque mi vida ha sido difícil, no puedo negar que la tuya también ha tenido retos importantes, te veo tan joven y llena de vida, que olvidó que si se vuela alto, también la caída es dolorosa, me gustaría mentirte y decirte que es la última vez que vas a llorar y la última vez que te harán sufrir, lo cierto es que vas a tener que levantarte mil veces más y volver a intentar, de alguna forma y porque conozco tu fuerza, puedo decir con confianza que lo harás, pero por ahora no me queda más que consolarte con mi amor que, aunque es inmenso, a veces siento que no es suficiente.
Has pasado por mucho y pasarás por más, no tengo palabras de fortaleza que ofrecerte, solo me queda hacerte una promesa, la más importante y aunque parezca vacía, está llena de una verdad absoluta, todo estará bien, sin importar qué te ocurra, las circunstancias o adversidades, al final va a estar bien, porque mientras tengas vida, todo continua, porque mientras tengas vida, las posibilidades son infinitas, sin importar por lo que estés pasando, este o no este yo para cuidar de ti, debes recordar estas palabras.
Hija, te he dado todo de mi, si me dieran a elegir no dudaría un segundo, volvería a pasar el resto de mi vida cuidándote, protegiéndote, haciéndote feliz, cada lección de vida y hábito que veo en ti es un reflejo de mi misma, has coleccionado mis virtudes, sembrado las propias, te veo y noto tu valentía que sobrepasa a la mía, me llena de orgullo saber que eres más fuerte de lo que yo era y serás más fuerte de lo que yo soy, ese paso adelante que estas de mi es mi más grande trofeo, eres el resultado de sangre, sudor y lágrimas, por eso puedo decirte con certeza que aprecies el dolor que sientes porque te servirá un día, tu misma eres la prueba de que al final, todo siempre sale bien.