"Eres fuego": Gomita desafía las reglas con payasito metálico y arnés
¡Gomita se llevó miles de halagos con estas FOTOS!La comediante e 'influencer' mexicana posó con un atrevido atuendo que robó suspiros
Aracely Ordaz Campos, mejor conocida como Gomita, desató todo tipo de reacciones en las redes sociales tras sus recientes fotografías en Instagram. Y es que, la creadora de contenido mexicana, posó con atuendo que se llevó más de 70 mil corazones rojos.
Gomita se enfundó en un payasito color rojo metálico, el cual adornó con un arnés negro y botas por arriba de la rodilla. La ‘influencer’ dejó su cabellera suelta, la cual adornó con un mechón de piedras brillantes: “No compiten, ellas son élite”, escribió debajo del post.
Se pueden apreciar los tatuajes en la piel de Gomita y sobresale un diseño en forma de corazón en uno sus brazos. La galería de imágenes desató decenas de reacciones entre los fans, quienes escribieron “Eres fuego”, “La más hermosa del mundo” y “Te ves espectacular”.
Aracely Ordaz Campos es una ‘influencer’ de 29 años de edad, quien alcanzó gran popularidad tras participar en ‘Sabadazo’ de Televisa. Cuenta con 3.7 millones de seguidores, red social donde comparte sus looks, proyectos familiares, rutinas de ejercicio y viajes.
El día que Gomita recordó su etapa más difícil
En una entrevista de mayo de 2022 para Silvia Olmedo, Gomita recordó cuando sufrió acoso escolar, pues “desde la primaria recibía el rechazo de sus compañeros” por trabajar como una payasita callejera.
En aquella entrevista, la mexicana contó que a los siete años de edad se volvió payasita de la calle para ganar dinero y comprarse cosas como dulces o pagar una manicura.
Gomita recordó que ensayaba sus rutinas de payasita en la escuela, pues no tenía tiempo. Lo anterior desató ‘bullying’ para la mexicana, ya que sus compañeros se burlaban de su oficio y le pedían “que se regresara a la calle”.
“También tenía que aguantar a mis compañeros de trabajo... volví a sufrir ‘bullying’ de personas adultas. Eran muchos hombres y dijeron que no ‘querían a la niña’. Me estaba yendo muy bien porque era la única payasita en la ciudad, era una sensación y cobraba caro”, recordó.