Ella es Mercedes Ahumada, la cocinera que conquistó París con comida mexicana
La mujer originaria del Estado de México ha puesto en alto el nombre de México con sus muestras gastronómicas
Cuando se habla de México es imposible no mencionar su arte culinario, pues en todo el mundo es bien sabido que nuestro país posee un gran número de platillos tradicionales que combinan desde ingredientes adoptados de otras culturas hasta elementos prehispánicos que prevalecen en nuestra dieta hasta hoy en día y Mercedes Ahumada es una de las mexicanas que ha encargado de mostrar en Europa un poco de la gastronomía tradicional.
Mercedes Ahumada nació en San Jerónimo Chicahualco, Estado de México, en donde aprendió a cocinar desde que era una niña, pues tras la muerte de su madre adoptó la cocina como una de sus actividades cotidianas; sin embargo, a diferencia de su abuela y su madre, quienes se dedicaban a la preparación de alimentos, ella optó por estudiar química.
La cocina volvió a ser su prioridad cuando llegó a Europa y se dio cuenta de que muchas personas tenían ideas erróneas de lo que era la comida mexicana, pues únicamente comercializaban burritos, fajitas de pollo y nachos, así que junto a su esposo emprendió un negocio llamado Cuisine Mexicaine Mercedes Ahumada.
Ahumada asegura que al mostrar la gran variedad de comida mexicana logró que muchos extranjeros cambiaran la idea original y que incluso ha logrado que algunos la consideren “exótica, interesante y colorida”, además de que disfruta mucho recibir en su restaurante a paisanos que van para recordar al país.
Debido a que Mercedes Ahumada quiere que en sus platillos prevalezca el sabor original de la comida mexicana revisa minuciosamente los ingredientes, además se encarga personalmente de la preparación de la masa de las tortillas para conservar la “esencia de México”.
Gracias a su sazón, la mexicana ha sido invitada por instituciones como el Instituto Cordon Bleu de París para dar clases magistrales de técnicas prehispánicas como el uso del metate y alimentos elaborados con tomate y cacao.
Este es una fotografía de una demostración en la Torre Eiffel.