Reina Isabel ll y Felipe de Edimburgo: Así fue su historia de amor

Isabel II y Felipe de Edimburgo tuvieron un largo matrimonio

La primera vez que cruzaron miradas fue en 1934, cuando la Reina Isabel tenía 13 años

Reina Isabel II y Felipe de Edimburgo
Alejandra Vidal Nieto

Si hay una historia de amor en el mundo de la realeza llena de amor y pruebas superadas es la de la reina Isabel y el duque  Felipe de Edimburgo.

La primera vez que cruzaron miradas fue en 1934, cuando él era  príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca. Su segundo encuentro fue en una reunión en el Britannia Royal Naval Collage, donde la Reina resultó perdidamente enamorada. Él tenía 19, y ella 13.

Fue tras estos encuentros que la pareja real continuó con su comunicación mediante cartas, pues Felipe servía a la Marina Británica durante la segunda Guerra Mundial.

Ni el tiempo ni la distancia pudo romper los lazos entre la Reina y Felipe, y fue en 1946, al retorno del ahora Duque que, decidieron contraer matrimonio obteniendo permiso del rey Jorge VI en 1947.




"El duque de Edimburgo fue un esposo amoroso y un padre, abuelo y bisabuelo devoto. El matrimonio duradero de la Reina y el Duque los ha visto apoyarse mutuamente durante muchos años de deberes reales y formar una familia juntos.

El compromiso del teniente Philip Mountbatten con la princesa Isabel se anunció en julio de 1947 y el matrimonio tuvo lugar en la Abadía de Westminster el 20 de noviembre de 1947", se lee en un comunicado compartido por la Casa Real en Instagram.


Según fuentes cercanas a la pareja, y diversas coberturas sobre la vida de la familia real, los primeros cinco años de la Reina y el duque Felipe fueron de lo más felices; sin embargo, la coronación de Isabel tras la muerte de su padre comenzó a marcar distancia en ellos.

Otras fuentes aseguran que en cuanto ella ascendió al trono, Felipe no soportó el peso de estar detrás de la Reina.


Cabe mencionar que Felipe también es de ascendencia noble, la cual se vio afectada cuando su familia huyó de Grecia cuando su tío Constantino I de Grecia fue obligado a abdicar. Poco a poco su familia siguió cayendo y desmoronándose.

Por parte de sus padres, el ahora Duque lidió con las adicciones de su padre a las mesas de juego, mientras que su madre optó por dedicarse a la religión al ingresar a una orden.

Sin embargo, la historia continúa, y a pesar de polémica sobre infidelidades y envidias, su vida en el trono sigue siendo “perfecta” a la realidad de muchos.